La tarde de ayer, en la provincia de Cangahua, cantón Cayambe, un nuevo caso de justicia indígena se dio contra Joaquín Aules, un comunero acusado del robo de ganado fue castigado por los dirigentes de la Corporación de Organizaciones Indígenas, justicia que hoy en día ya es avalada por la Constitución aprobada en Montecristi. Más de quinientos indígenas acudieron al castigo.
Con el cuerpo tiritando del frío y las manos en posición de suplica, Aules fue sometido por las mujeres de la comunidad al ritual de purificación. Según Fernando Farinango, dirigente de la COINCA, los castigos que se dan a los infractores sirven para que la gente no cometa de nuevo los mismos errores. Aules pidió perdón. El castigo se dio horas después de iniciado el juicio donde fue declarado culpable y además fue sometido al viacrucis de dos kilómetros llevando en su espalda a una oveja y una carga de ortiga.
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